Из альбома: Las aceras están llenas de piojos

Me dijiste “píntame” y pinté una luna
luna de cuarto menguante con guante de podar,
que con la otra mano agita cacerolas

con el ruido de las olas que las tiene enamorá
y lloraste al verla: “imagínate que te pinto yo a ti
un sol radiante y lo pongo delante pa cuando no estés”

que me corten el gaznate si no veo que se baten
mariposas a tu ander
si no lloro una bahía cuando estés loca perdía
de conmigo cojear

le pedí que no me ataras y empezamos
con los nudos en las manos, los grilletes y el bozal,
que más tarde, cuando el día no ejerza
con la camisa de fuerza nos pondremos a bailar,
y trastabillar entre tanto pie que no sabe trabarnos
ni sabe quitarnos las llaves del anochecer

que mala muerte me venga o me rebanen la lengua
si te quise querer mal
tú me diste tanta fiebre, yo te di perro por liebre
y nos quedamos en paz.

que si la noche se estaba encuerando no fue para verme
lo que quería es cincuenta y la cama ¿con quién?, daba igual
con troncos viejos que con calaveras, que esconden los dientes
con dedos largos que nadie les queda para señalar
con los muñones que escriben derecho en renglones torcidos
con el olvido que siempre se acuerda de resucitar,
con los relojes que me echan las cuentas y no han entendido
que no me he rendido, quise fracasar

que me ronden moscardones al olor de los cajones
que una vez cerré por ti
si palpitan cremalleras al compás de primaveras
que no las quieren abrir
que se caiga el sol a cachos, y con él el dios borracho
que te quiso hacer sufrir
que te echó su mal aliento que yo transformé en cemento
para hacerte sonreír.

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