Из альбома: Y la banda sigue

Había un corso en Ayacucho,
hablá más fuerte que no te escucho.
El clima estaba perfecto

y desfilaban derecho.

Cinco travestis en tanga
y mil murgueros saltando.
Tiran espuma y cantan,
toman vino con naranja.

Un pueblo chico, infierno grande,
se llenaba de atorrantes,
y de repente, todo se pudrió.

Volaban sillas, llovían piedras,
caían botellas de cerveza.
El intendente y el cura
querían parar la locura.
Volaban sillas, llovían piedras,
caían botellas de cerveza.
El intendente y el cura
querían parar la locura.

“El propietario de un Peugeot 504
que está mal estacionado,
por favor, retirarlo
que los dueños de casa quieren entrar. Gracias”.

El carnaval es hermoso
para toda la familia,
pero a veces se arma bardo
con los dos clubes del barrio.

Hay pica entre los colegios,
eso pasa en todos lados.

Un pueblo chico, infierno grande,
se llenaba de atorrantes,
y de repente, todo se pudrió.

Volaban sillas, llovían piedras,
caían botellas de cerveza.
El intendente y el cura
querían parar la locura.
Volaban sillas, llovían piedras,
caían botellas de cerveza.
El intendente y el cura
querían parar la locura.
Querían parar la locura.
Querían parar... Todo se pudrió

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