El olvido recordó
y la oscuridad se iluminó,
la risa rompió a llorar.


Una piedra enamoró
a una virgen que dejó caer
su desnudez.

Empieza el ritual,
cuerpos a media luz
beben de otras bocas,
y se excitan.

Lamen la lujuria
que lubrica su piel,
y hasta las estrellas
se masturban al ver.

Déjate enamorar,
ven y áºnete,
desnuda tu pudor
y entrégate al placer.

Déjate enamorar,
sedáºceme,
y por la depravación,
déjate acariciar.

El frá­o se arropó
y un á¡rbol ha echado a correr,
la Cruz está¡ al revés.

El vicio es la virtud,
la castidad es bisexual,
la decadencia está¡ a estrenar.

Es la misa al revés,
se consagra lo inmoral,
el aquelarre del pecado.

Cuerpos entregados
en lasciva comunión,
santa bacanal en el altar.

Déjate enamorar,
ven y áºnete,
desnuda tu pudor
y entrégate al placer.

Déjate enamorar,
sedáºceme,
y por la depravación,
déjate acariciar.

Muéstrame tu cuello y deja
que mis colmillos rompan
la piel que impide
que tu sangre sea para má­,
y tu vida será¡ eterna.
Morirá¡s cada maá±ana
y renacerá¡s al anochecer.

Oh, Seá±or de las mentiras,
mendigo de otras vidas,
duque del vicio, prá­ncipe del sexo
y del dolor...
La lascivia que en má­ entre,
me corrompa y me reviente
el alma en trozos de placer.

El pentá¡culo es mi cama,
permite que te laman,
y no sabrá¡s si te acarician
un hombre o mujer.

Violaremos tu inocencia,
orgasmos y decadencia,
alguien se excita en una cruz.

Y la brisa de la muerte
pudrirá¡ lo que es decente.
¡Ven y déjate sodomizar!

Soy Astaroth, soy Belial,
soy Lucifer, soy tu puta,
soy tu chulo; lo que quieras táº.

Soy Leviatá¡n, tuve sexo con Adá¡n,
mientras Eva se excitaba
al vernos, y se unió!!!

Déjate enamorar,
ven y áºnete,
desnuda tu pudor
ven y entrégate al placer.

Déjate enamorar,
sedáºceme,
por la depravación,
déjate acariciar.

Déjate enamorar,
ven y áºnete,
desnuda tu pudor
ven y entrégate al placer.

Déjate enamorar,
sedáºceme,
por la depravación,
déjate acariciar.

Sedáºceme, Prá­ncipe de la Dulce Pena.
Sedáºceme, Prá­ncipe de la Dulce Pena.

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