Querida viejita
yo quiero que sepas
que al leer esta carta

es la pura verdad.
Hace mucho tiempo
que estoy entre rejas
y quien sabe cuando
saldre en libertad.
De tantos amigos
que tube aquel dia
ninguno ha venido
a calmar mi dolor.
Por eso le pido
a usted que es tan buena
que me de un consuelo
de su gran amor.
y estoy aqui
llorando su recuerdo
ya no hay consuelo
para mi dolor.
Ya no tendre sus mano
entre mis manos,
a dios le pido
que calme mi dolor.
Domigo a la tarde
hora de visitas
en vez de mi madre
mi hermana llego
vestida de luto
y toda pobresita
llorando me dijo:
mamita murio,
te traje una foto
besala, besala,
hace de cuenta hermano
que te vino a ver
y aquel pobre preso
callo de rodillas
suplicando al cielo
cuidala señor
y estoy aqui
llorando su recuerdo
ya no hay consuelo
para mi dolor.
Ya no tendre sus mano
entre mis manos,
a dios le pido
que calme mi dolor

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